Cuando aconteció
Creí sucumbir
Caer desolado entre las nieves que humedecían mis pies azules
Escondido bajo las gruesas ropas
Creí no poder abarcar con los sentidos la belleza de las lengas formando regimientos que cubiertos por sus escudos de nieve avanzaban montaña abajo.
Tortuoso sendero del paraíso penetrando oscuras cascadas
Isla extendida en la inmensidad de la bóveda austral
Salpicados canales de translucidos témpanos e inquietos peces bailarines
Abrazan las islas que arropan con sus gélidos tentáculos de acero
Aves de metal que vuelan alzadas sobre la inmensidad de la borrasca infernal
Atraviesan en caída libre la cubierta líquida trasplantándolos al universo paralelo del canal
Diáfana naturaleza de sonidos escondidos, muchedumbre de parajes jamás soñados,
La virginidad de tu presencia magnifica permitidnos atravesar
El manto de colores verticales y acuosos transgredir
Admirar nuestros rostros cansados de verdad agreste
En tus congelados ojos marmóreos
Somos tan solo unos pobres navegantes de la casualidad
Pequeños en la inmensidad de tu simpleza verde
Estrellados con la suntuosidad de la cruz del austro
Cuando aconteció
En nuestros corazones creí ver nacer
Ganas infinitas de no desatender la biosfera salvaje manifiesta
Pasajes de la aventura en el Canal Beagle y la Isla Navarino, Puerto Williams.
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